“Yo quisiera que toda la ciudad valorara a los talentos que tenemos”
Género: Música
A Vanesa Arroyo le ha tocado ver cómo creció el teatro de Guadalajara y espera que el regreso del musical National Pastime sirva para ratificar la calidad internacional del género hecho en la ciudad
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National Pastime regresa para dar tres funciones durante junio de 2019: sábados 1, 8 y 22, a las 19:00 horas, en el Teatro Experimental de Jalisco; boletos aquí
Guadalajara envía musicales a Broadway. Si es así, es porque aferrados artistas de la ciudad picaron piedra por décadas. Vanessa Arroyo lleva 22 años en los escenarios tapatíos y ha visto de cerca la evolución del teatro musical; está convencida de que por fin hay tanta calidad que el público sabrá que su dinero y su tiempo valdrán la pena y celebra que, como ha ocurrido este año, el musical Paparazzi, ella y sus compañeros de esa obra preparen temporada en Nueva York. Solo lamenta una cosa: que la gente no se entere.
“Yo quisiera que el público de aquí supiera eso y valorara a los talentos que tenemos”, afirma esta actriz, cantante y bailarina que defiende al teatro tapatío en general. Y lo hace desde una posición de orgullo, pues, como parte del elenco de la obra National Pastime, pondera el compromiso de ofrecer espectáculos valiosos al público, pero también celebra la buena recepción a ese trabajo.
“Su generación es otra”
De familia de cantantes, Vanessa Arroyo se formó originalmente como bailarina. Un casting para Vaselina le requirió también una prueba de actuación, y desde entonces no ha dejado esta otra disciplina en la que ya lleva 22 años. Fue integrante de la única generación graduada de su escuela, la desaparecida Academia de Teatro Musical Madrid, en donde estudió con varios de los artistas de teatro, y en específico de teatro musical, que hoy siguen trabajando en la ciudad o en otros países.
Hoy es socia de Mauricio Cedeño y Víctor Aceves en Cedeño Producciones, la empresa productora que consiguió la asociación con Algonquin Theatre Productions que en 2019 llevó a Broadway a este grupo de artistas; sin embargo, hace menos de dos décadas conocía a sus compañeros como profesores. “Nos da risa porque, cuando hablamos de lo que ha pasado en los musicales, ellos dicen: ‘Es que nuestra generación…’. Y yo: ‘No: su generación es otra. Para mí son el maestro Mauricio Cedeño, el maestro Víctor Aceves…’”.
Con Vanessa Arroyo en uno de los papeles protagónicos, National Pastime regresa a dar tres funciones especiales durante junio de 2019, tras tres temporadas y honores como el de haber sido el primer musical ganador de una Muestra Estatal de Teatro en Jalisco. Arroyo sabe que tal éxito es resultado de muchos años de trabajo, y dice que la productora Cedeño Producciones, en la que ella es una de las socias, lo valora lo suficiente como para no dormirse en los laureles.
“Para mí, pararte en el escenario, hagas lo que estés haciendo, implica muchísima responsabilidad. Me gusta mucho trabajar en esta compañía porque sé que ésa es la mentalidad. Mauricio Cedeño nunca va a decirte: ‘Ah, no, ya relájate’. Después de tres temporadas que ya hicimos con National Pastime, te lo juro que al final de cada función nos da notas, seguimos teniendo ensayos. Es súper rico porque nunca te conformas”.
¿Qué tiene National Pastime que, tres temporadas después, aún quieres estar en él?
Es un proyecto al que queremos tanto… En el grupo, nos dices “National Pastime”, y todos nos ponemos felices. Hemos trabajado juntos varias veces, todos tenemos proyectos que nos han enamorado, y al principio decíamos: “Es muy gringo, a la gente no le va a gustar”, pero desde que empezamos a leer encontramos que tiene cosas muy divertidas, claro que la gente puede conectar. En el equipo todos son actores que trabajan, que se comprometen, y debatíamos mucho ese tipo de temas, cómo hacer que la gente conectara sin perder la esencia. Por ejemplo, que Marty está medio enamorado de Betty Lou es algo que no existe en el libreto, fuimos creándolo.
¿Pesaba en ustedes la expectativa por lograr los vínculos con los productores en Nueva York?
No. Yo no estuve en Sessions, hace diez años, que fue la obra con la que comenzó a construirse esa relación, pero vi el proceso; fue muy padre que el autor dijera: no inventes, con mucho menos dinero hicieron un producto muy atractivo, comunica mejor. Con National Pastime se repitió la experiencia. El autor Tony Sportiello decía, cuando vino: de las ocho producciones que ha habido, ésta es la que me gusta más, me encanta el elenco, ya no veo a otros personajes allí. Paparazzi por eso llegó a nuestras manos, él quiso que se estrenara en Guadalajara. Este año, cuando fuimos a la primera lectura de nuestra versión en Nueva York, vimos que el Paparazzi de allá tiene otro estilo; es muy Broadway, muy brillante, muy sarcástico; Betty Malone, mi personaje, es una diva, literal; está padre porque el libreto funciona, pero dices: qué estilo tan diferente tenemos.
En medio del proceso de llevar Paparazzi a Broadway, decidieron que vale la pena reponer National Pastime. ¿Qué los convenció?
National Pastime es un producto muy querido por el público; hemos visto que muchos de los que asisten son gente que vuelve, que trae a otro grupo de amigos, o a la familia. Se han abierto muchas puertas para que podamos ir a otro país, o a recorrer México, pero, a pesar de la calidad, enfrenta el problema de los costos: llevar de gira a todo este equipo, con esa escenografía tan grande, se complica. Mauricio dice que, si no lo presentamos así, no es nuestro National Pastime, el que ganó el premio de escenografía [en los Premios del Público de Cultura UDG]. Estas funciones especiales de junio en Guadalajara, más que una temporada, son porque la gente las pide. Además es posible que la vean patrocinadores, gente que pueda llevarse funciones a otras ciudades. La hacemos con esa esperanza, pero también con esta resistencia a que la obra muera por falta de inversión. Cada temporada, en la última función, era vernos a todos llorando, “esto tiene que seguir”, y dábamos la función con lagrimitas. Y qué padre que siempre sí dijimos: “Nos siguen pidiendo National, hay que ver cómo le hacemos”.
¿Qué hace falta para convencer a los programadores y a los inversionistas?
Se convencen cuando van a verla. Nosotros creemos que lo que hace falta es formar públicos. Ahorita (mayo) tenemos Gurutaka, que es un espectáculo que pensamos para familias, pero es que creemos que, si tú al niño lo llevas al teatro desde chiquito a que se divierta, es una experiencia viva en la que puedes explorar muchas cosas que no vas a encontrar en otros medios. Falta eso: que te des la oportunidad de ir al teatro. Antes creía que faltaban espectáculos de mayor calidad.
¿Y ya llegamos a ese nivel en Guadalajara? ¿Ya tenemos una cartelera de espectáculos de calidad?
Yo pienso que hay muchos, que hay muchas compañías que sabes que siempre hacen algo lindo, que el espectador sale satisfecho. Pero también creo que, casi siempre, las que tienen más publicidad suelen tener menos calidad. Si viene algún famoso de la Ciudad de México, se llena porque el público de eso sí se entera. Quizá también falta hacer figuras; tenemos un Jesús Hernández y la gente no lo conoce: ¿por qué hay gente que cree que es más talentoso un actor que sale en una novela? Yo he tenido compañeros que se van a otros países y destacan, triunfan. Nos falta crear esta pertenencia: que veamos a uno de ellos en video y digamos: “¡Él es tapatío!”.
¿Hay talento suficiente?
Para Paparazzi, que tiene las puertas abiertas en Nueva York, hace poco hicimos otro elenco, entero, completamente nuevo. Hay mucha calidad en Guadalajara. Hay gente que es muy talentosa y lo que necesita es preparación, porque los talleres, los cursos acá, no te exigen lo que de verdad implica. Esta compañía apuesta a que todas las personas que se encargan de un área sean superconscientes de que las cosas tienen que salir. Así dice Mauricio: no hay opción para el error. Y sí, llega a pasar, “mi micro trae un sonidito”, y luego, luego llega la persona que sabe arreglarlo. La gente que pagó su boleto merece ese respeto. Que los patrocinadores vean que el público se para al final de la función. De verdad es algo que hace sentir muy chido, ver este camino recorrido. Yo estoy en otro espectáculo, El diario de María, y nos ha ido muy bien, y también dices: qué padre que ya no es solo una compañía. Está Bule Bule, que son dos chavas las que lo producen; están los que hicieron Una corona para Claudia, en acuerdos con gente de Madrid; Gustavo Meillon, que hace cosas para adolescentes y se van a Argentina y a otros festivales… Creo que nos hemos sacudido ese inconsciente colectivo de que en el teatro no se puede.
Hablas de profesionalización, de formar públicos, de convencer a empresarios y promotores de estos proyectos. ¿Qué más hace falta para los musicales de Guadalajara?
Compañerismo. Sí lo hay, te he mencionado compañías que han unido fuerzas, que se promocionan unas a otras. Pero creo que todavía hay este rollo de “Ése está en temporada y yo no”. Eso se tiene que quitar. Cada proyecto tiene su público, su mercado, su objetivo, para que el público que vaya a un musical vea que se está llenando y se le antoje otro. Hace poquito di un taller en el ENTE sobre teatro musical, y había un chorro de chavos que decían: yo no conozco ningún musical, pero quiero saber qué es lo que se hace. Qué padre, porque son un grupo de jóvenes de diferentes escuelas que quieren irse por caminos muy distintos, pero se dan la chance de que no les cuenten. Dejemos de darle información a los nuevos talentos en el sentido de que el teatro no hay dinero. El teatro le ha permitido a mucha gente irse a otros países, ganar premios, triunfar en festivales. Hoy los castings para series importantes se vienen para acá, porque saben que hay gente que va a trabajar bien. Tenemos que valorar lo que hacemos; es un proceso, es un camino, pero sí podemos empezar a que la gente lo conozca más, para que lo pida, y que los empresarios empiecen a meter lana, porque a fin de cuentas es un buen negocio.
Después de 22 años de trabajo en el teatro, y ahora como empresaria, ¿qué es lo que te permitiría decir que valió la pena el esfuerzo?
Que la gente lo conozca. Que toda la ciudad supiera sobre esto que se hace aquí. Creo que hay personas por fuera que sí lo reconocen, en todos los ámbitos. A mí lo que me haría feliz es que la gente de Guadalajara viera a Jesús Hernández en la calle y le pidiera fotos, no porque él fuera famoso, sino por reconocer el trabajo de alguien muy bueno de nuestra ciudad.
Muy interesante la entrevista con Vanessa, como escritor de obras para niños y gran admirador de los musicales, comparto su entusiasmo. Me encantaría ver que este género se explotara más en México, creo que tenemos artistas con mucho talento en todos los puestos que requiere una producción y que hay cantidad de historias que contar de esta manera.
Esta actriz es todo un ejemplo por su dedicación a una carrera, en la que no todos están dispuestos a llegar hasta el final. He visto a muchos jóvenes desertar cuando apenas están empezando, porque no todos tienen lo que se necesita para soportar las exigencias del miedo. y la paciencia requerida para ver resultados. Por eso, mis más sinceras felicitaciones para ella y desde luego que vamos a ir a ver la obra. Saludos.