
Este perro tiene mucho que decir


Género: Comedia, Dramaturgia mexicana, Monólogo, Narraturgia, Problemas sociales
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Enrique Olmos de Ita y el grupo A la Deriva Teatro hicieron varios hallazgos afortunados para la escena cuando montaron Hazme un hijo, su popular falso documental acerca del embarazo adolescente, y el perro Patán no fue el menor de ellos: narrador eficaz, corifeo que hace innecesario mentar la narraturgia, el personaje interpretado por Alejandro Rodríguez era tan interesante que parecía […]
Enrique Olmos de Ita y el grupo A la Deriva Teatro hicieron varios hallazgos afortunados para la escena cuando montaron Hazme un hijo, su popular falso documental acerca del embarazo adolescente, y el perro Patán no fue el menor de ellos: narrador eficaz, corifeo que hace innecesario mentar la narraturgia, el personaje interpretado por Alejandro Rodríguez era tan interesante que parecía imposible dejarlo en un solo trabajo escénico. De alguna manera, compañía y dramaturgo se pusieron de acuerdo y lograron sacar al Patán a la calle con un texto propio, original y bien aprovechado en los escenarios, que en mayo de 2015 vuelve en temporada.
Nueva temporada en el Estudio Diana, mayo de 2015
Patán, monólogo para un perro que no ladra ni muerde: declama, se estrenó en agosto de 2014 en una breve temporada de funciones que abrieron el apetito por saber más del personaje. En su propia obra, el perro de A la Deriva habla del abandono y la vida en la calle, de los olvidados y marginados que se perdieron por accidente o porque las personas que compartían un hogar con ellos decidieron deshacerse de ellos. Sin exageraciones ni cursilerías melodramáticas, el perro se pone mucho más serio que en la comedia de Hazme un hijo y su discurso interroga, ni más ni menos, el sentido de la vida: ¿por qué unos pueden confiar en que, pase lo que pase, tendrán el cariño de sus familias y sus amigos, y a otros les abren la puerta para que se vayan a ver si los atropella un carro y de una vez acaba con su sufrimiento?
Alejandro Rodríguez sostiene con su trabajo de actor un trabajo cuya economía de recursos honra al espíritu del personaje original: hombre de teatro que habla de frente con el público, el perro Patán tiene mucho que decirle al espectador y no necesita más que las sencillas convenciones de la escena para proponer un monólogo que es diálogo directo. Todo lo que hicieron Olmos de Ita, Rodríguez y el director Fausto Ramírez fue soltarle la correa.
(El perro, por cierto, tiene su propio Face)
Gracias por el comentario.
Es estimulante tener espectadores tan avezados.