Willy Aldrete
- Cortesía de Fausto Ramírez, director en el grupo A la Deriva Teatro
inefable suéter, ya sea puesto o colgado de los hombros al estilo James Dean.
Tu amado Festival Nacional de Teatro que se realizaba cada noviembre en el Teatro Experimental de Jalisco. Con una nómina variopinta: Julio Castillo, Martha Luna, José Caballero, Tavira, Guajardo, Luis Martín, Óscar Liera, César Pérez Soto, La Veracruzana, TATUAS, Tepito arte acá, la ENAT, la Compañía Nacional de Teatro. Y de locales: Rafael Sandoval, Moisés Orozco, Javier Serrano, Consuelo Pruneda, Gabriel Gutiérrez y hasta Julio Haro. Aderezo nocturno: el restaurante La Chata en el estacionamiento bajo una carpa con showcito espontáneo de cantantes, trasvestis y trapecistas del micrófono. El TEJ era una fiesta, no necesitábamos París.
Tus dibujos y recortes con afiches y fotografías, que de un golpe nos ubicaban en experiencias escénicas con más de 20 años y nos hacían entender que hubo un pasado de gente que luchó por que Guadalajara tuviera Teatro.
El empeño que pusiste para que al “Alarife Martín Casillas” se le diera uso de Teatro, y no como sala de usos múltiples que tenían pensada los creadores de la unidad administrativa estatal.
Tu entusiasmo por la comedia.
La creación del festival de teatro “Arte en la empresa” con el que se fomentó la creación de grupos de teatro en buen número de empresas, bancos e industrias. Lo mismo con el arte en la Escuela. Eran tiempos de mucha actividad.
La insuperable anécdota del “Compañero Cañero”.
Los jóvenes que impulsaste. Tus vestuarios de papel.
Las historias de aquella escuela de arquitectura pionera con Mathias Goeritz.
Tus pastorelas (todos tenemos una en nuestro pasado).
Tu amabilidad y sentido del humor.
Tu montaje de Las sillas, de Ionesco, que vi anunciado por la televisión cuando eso era un logro mayúsculo.
Las citas en un café sólo por el gusto de conversar.
Sólo un consejo más, querido Willy Aldrete: ¿dónde guardaremos todo eso?